miércoles, 18 de febrero de 2009

Dictademocracias, el híbrido universal

Toda la cuestión Chavista me hizo pensar un poco en el valor de las democracias y las dictaduras no sólo a nivel Venezuela, Cuba o Argentina, sino a nivel mundial. Estuve leyendo, además un artículo de Grondona en el que reivindicaba la democracia (lo cual se debate entre el surrealismo, el absurdo y las comedias griegas).

Existen numerosos errores de concepto cuando pensamos los argentinos en las dictaduras. Entre ellos están:
1) Todos los golpes son militares. Eso es increíblemente falso. Cualquiera que sea capaz de monopolizar el gobierno democrático (cualquiera que sea el método). La Generación del ochenta era una dictadura oligárquica sustentada por fraude. Y no todos eran militares.

2) Todos los dictadores interrumpen la democracia. "El Señor Presidente" de Miguel Angel Asturias es una novela de dictador en la que el dictador es elegido constitucionalmente. Uno puede elegir a una persona como su representante, pero si el representante manda para su propio bien, no es nuestro representante. Es decir, se pierde la noción de "democracia representativa".

3) Todos los dictadores son "vendepatrias". "Yo, el Supremo" es una novela de dictador basada en la presidencia de Rodriguez de Francia que era fuertemente nacionalista, al punto de que rompe con la Iglesia "católica y tirana", y se establece a él mismo como sacerdote supremo de la Iglesia de Paraguay.

4) Las dictaduras sólo ocurren en América Latina. Inglaterra tiene reelección indefinida (Blair estuvo más de diez años) y no tiene Constitución.

En resumen, los períodos de la historia se debaten entre democracias y dictaduras. Y a su vez, se dividen en ilusión y desilusión.
En América latina, tenemos fé en la democracia, hasta que ésta se corrompe, y nos entra a desconfianza. Y ahí aceptamos la dictadura como solución. De la dictadura nos desilusionamos bastante rápido, pero el miedo nos contiene, y las prolonga.
Este ciclo (el del sufrimiento de los pueblos) se repite en la economía (liberalismo-proteccionismo) y en lo social (globalización-regionalismo).

1 comentario:

  1. Esta pesadilla ya ha sido comparada con las profecías de la ciencia ficción.
    Ahora las estamos viviendo.
    Observando el devenir de las cosas, algunas democracias que he vivido me han parecido dictaduras encubiertas: como elegir entre la silla eléctrica o la horca.
    Y no hablemos de las dictaduras, que se padecen; ahí se está amordazado.
    besos

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