lunes, 16 de febrero de 2009

Los números y las Letras

Comúnmente se cree que los primeros escritos aparecieron en la Mesopotamia Asiática y estaban destinados a establecer las relaciones y transacciones comerciales de ciertos sacerdotes de ciertos monasterios. Si bien la palabra hablada consta de 50000 años aproximadamente, sólo escribimos desde hace 3000. Esto nos hace pensar en un origen utilitarista del habla, y además un origen plenamente comercial. Los números, por lo tanto, preceden a las palabras escritas, y el habla precede a los números.
Pero si pensamos que el habla se utilizó para poder establecer un sistema de definición común de los elementos circundantes para poder manejarse y entenderse en el entorno social, entonces el habla lingüística y el habla matemática son hermanas que coexisten desde el principio. Cuando decimos "tres vacas", estamos identificando lo que queremos enunciar (sustantivo o sujeto) y la cantidad de ese sustantivo que existe en la realidad, o que apartamos en un subconjunto "tres".
Sin embargo, el número puede perfectamente ser anterior a la lingüística hablada: basta señalar el objeto que queremos mencionar (no existe referencia tan perfecta en la lengua) y mostrar con nuestros dedos la cantidad deseada o necesitada. Es lo que hacen los chicos cuando no saben hablar bien, y es lo que deben haber hecho los pueblos originarios.
Entonces nos queda decir "los números precedieron a la literatura" e incurrir en el error en el que los científicos incurren siempre. Los números no preceden a la literatura: son parte de la literatura. Ya en la Edad Media, Ockham sostenía que las palabras se separaban de la realidad, y que el conocimiento científico iba a ser meramente especulativo, explica la realidad pero no la define. Lo mismo sucede con la literatura, inventamos realidades coherentes con el mundo pero que no son la realidad en sí. La periodicidad del tiempo, el límite de los cuerpos geométricos, el poder de nuestras mentes, todo es parte de esa literatura en la que imitamos una realidad un poco deformada por nuestros deseos y experiencias.

Los números no son anteriores a la literatura. Son una parte arcaica de la misma, que los hombres han deseado desprender de la misma para poder sentirse seguros en las arenas movedizas.

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