lunes, 16 de marzo de 2009

Un koan Zen

"Un monje le preguntó a Hua-yen: "¿Cómo vuelve una persona iluminada al mundo de las apariencias?". El Maestro contestó: "Un espejo roto nunca vuelve a reflejar nada, y las flores caídas nunca vuelven a sus viejas ramas."

Lamento tener que mostrar el pecado de soberbia del Maestro, pero, ¿Cómo saber si cuando rompemos un espejo no está otro detrás esperando para deformar nuestra realidad? ¿Y si hay otro, y otro, y otro, y otro?

¿Cómo saber si detrás de las apariencias no hay más apariencias?

PD: extraído de "La flauta de hierro".

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