Estrellas rotas
Todo desbordado como
Si el mundo fuera a caerse de repente
Tensiones desarmadas en
La arquitectura de la batalla
Acá,
Desde el techo que mira hacia la muerte
Hacia la gangrena de los fuegos de artificio
Hacia los aviones que caen, fuego, gritos
Desarmados por la noche
Pirotecnias asesinas
Juegos consumados
Olor a carne quemada
Acá estamos, por primera vez
Los fuegos de artificios por la hermosa Berlín
Linda niña,
Hermoso cuadro pintado por los óleos oscuros
Pinceles recargados de sombras
Trazos gruesos, desbordados, opresivos
Vos y yo, sobre el techo de tejas
Y el lento fuego aplastado en un manchón inverosímil
Como una furia erizada, toda vibra, toda inestable
No en el centro; una fuga hacia un costado
Hasta volverse un hilo rojo
Que desfallece hacia un costado
En lo negro
Grietas de tinieblas grises
Nubarrones en Berlín
Sobre nosotros,
Con los ruidos de los aviones
Sin música, sin sinfonía de realidades
Ruido puro, aviones van y vienen
Ráfagas de balas, explosiones alternadas
En un desorden abrumador
Sordera en los oídos
Ritmos truncados
Sin saber si el próximo
Es uno;
El próximo en saltar por los aires
Y convertirse en carne carbonizada
(¿Romántico, no,
Belleza berlinesa?)
Y nos miramos
Y nos besamos en medio de la balacera
El aire turbio, destajándose a cada bomba
Como si fuera la última vez
Porque estamos al borde del abismo
Un segundo y caemos muertos
Y somos perdidos en la historia
Que quede este beso, impresión densa
Este beso y el fuego quebradizo
Que se convierte en poesía
Al infectar nuestros riñones
Nuestros estómagos e intestinos
Llamas secas, goteando sobre nuestros
Cuerpos, casi deshechos, vueltos cenizas,
No, todavía no, todavía queda algo de tiempo
Una agonía ardiendo dentro de los ojos
Apunto de partirse
En puchitos de palabras
Adelantando la destrucción
Beso, techo, aire, fuego
Sueltos,
Berlín rota,
Rendida
Al fuego.
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